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El archipiélago Eolio, rodeado de un mar azul claro, está compuesto por siete encantadoras islas - Lipari, Panarea, Vulcano, Stromboli, Salina, Alicudi y Filicudi, además de algunos islotes, y dos volcanes activos en las islas del mismo nombre; Stromboli y Vulcano. Lipari, la más grande, es un lugar muy visitado en los meses de verano, mientras que Panarea, es la más pequeña, pero también la más popular entre la élite mundial. Sin embargo, en todas las islas prevalece un estilo de vida relajado y sin ruido, que caracteriza a este archipiélago Patrimonio Mundial de la UNESCO.
Vulcano
Salida desde Capo D'Orlando o Portorosa Marina rumbo hacía la isla del Vulcano, bahía del Gelso. Una bahía que parece detenida en el tiempo, con una playa negra y aguas cristalinas de color púrpura, una naturaleza salvaje compuesta por chumberas, alcaparros y cabras salvajes que les gusta acercarse al agua. La isla está formada por cuatro volcanes, de los cuales solo uno está activo, su última erupción fue en 1888 y duró cuatro años. Todavía hay manifestaciones de naturaleza volcánica. En la isla de Vulcano tiene la posibilidad de bañarse en la famosa “Pozza” termal
a pocos pasos del puerto, alimentada constantemente por burbujas que
emiten vapores sulfúricos, agua salobre y barro arcilloso.
Hoy ponemos rumbo a Lipari, la isla más grande de las siete islas Eolias. Al sur de la isla, hacia el canal que separa Lipari de Vulcano emergen dos gigantes de rocas llamados Faraglione. En la capital, también llamada Lipari, hay un castillo rodeado de murallas defensivas y flanqueado por los barrios de Marina Corta y Marina Grande. También merecen una visita la catedral Normanda y el Museo Arqueológico. Como en otras islas Eolias, en Lipari también se pueden disfrutar postres especiales y deliciosos como los cannoli con ricotta dulce. Aquellos a los que les gusta la vida nocturna, podrán asistir a conciertos, espectáculos de folclóre y festivales de teatro en las noches de verano.
A sólo 9 millas de Lipari se encuentra Panarea, un destino exclusivo y vanguardista, de calles blancas y azules, donde cada año se reúne la élite internacional. En el extremo sur de la isla, en el promontorio de Punta Milazzese, se
descubrió un pueblo prehistórico de la Edad del Bronce. En Panarea se encuentra una de las playas más evocadoras de Sicilia: Cala Junco, un paraíso de aguas azules y cristalinas ideales para bucear. Esta playa se caracteriza por su forma de anfiteatro, bordeada por formaciones rocosas que junto con el lecho marino y la acción de los rayos del sol, dan al mar espléndidas tonalidades. El agua varía desde el azul profundo hasta el verde esmeralda. Panarea es la más pequeña de las islas Eolias pero es verdaderamente única en términos de encanto y belleza. Puedes dar agradables paseos entre hibiscos, plantas de alcaparras y buganvillas, con vistas a los espléndidos islotes que la enmarcan: Basiluzzo, Dattilo, Bottaro, Lisca Bianca, Lisca Nera, Formiche, Panarelli y, a lo lejos, Stromboli. Después de pasar un bonito día disfrutando de uno de los mares mas bonitos de Italia, puedes disfrutar de un aperitivo en las terrazas del Hotel Raya y luego dejarte llevar por el baile nocturno que continuará hasta altas horas de la noche.
Continuamos el recorrido y llegamos a Stromboli, a 12 millas náuticas de Panarea. La isla, sumergida en colores y olores únicos en el mundo, se caracteriza por los altos acantilados interrumpidos por pequeñas playas de arena muy negra alternadas con entrantes y cuevas, por las casas mediterráneas blancas, el verde de las palmeras, los olivos y los cítricos que descansan sobre un cono volcánico áspero pero fascinante. Las explosiones del cráter han sido uno de los faros más conocidos desde tiempos inmemoriales para cualquiera que navegara por el Tirreno. Uno de los fenómenos más fascinantes de la isla es la Sciara del Fuoco, una corriente de lava que fluye hacia el mar. Estas explosiones volcánicas con proyecciones de lapilli incandescente que iluminan el cielo de rojo ocurren todo el año y nunca decepcionan. Es posible subir hasta la cima del cráter (unas 3 horas de caminata) para ver las continuas explosiones. Es recomendable ir con un guía. Stromboli también se caracteriza por sus pintorescos pueblos que invitan a pasear en un ambiente absolutamente evocador.
Desde Stromboli llegamos a Salina donde se encuentra la espléndida bahía de Pollara, perfecta para un agradable baño y un buen almuerzo. La playa, compuesta por grandes piedras, es el lugar donde se filmaron algunas escenas de "El Cartero". Justo cerca de la playa de Pollara se encuentra Le Balate, uno de los destinos de visita obligada de la zona. Por la noche puede visitar los pintorescos pueblos de Santa Marina y Lingua, donde se pueden degustar los mejores granizados de las Eolias. La isla es famosa porla producción de excelentes vinos locales, como el Malvasia, es posible organizar visitas y degustaciones en las bodegas. Alrededor de Salina es fácil encontrarse con cetáceos, delfines y tortugas.
Para finalizar este bonito viaje... Filicudi y Alicudi, el corazón salvaje de las Eolias. Aún hoy, estas islas son consideradas remotas, incluso por los habitantes de Lipari. Lo que las hace sentir lejanas no es tanto la distancia sino algo más profundo: es una distancia en el tiempo, en la forma de ser de la isla y su gente, es un alejamiento del mundo común. Paradas para bañarse antes y después del almuerzo en los puntos más característicos de estas maravillosas islas, con visita a la impresionante Grotta del Bue Marino, de aguas increíblemente azules. El sonido de las olas y el susurro del viento en la vegetación son los únicos sonidos que escucharás en Alicudi. Dada la particular conformación del terreno, no hay carreteras o senderos, por lo que no hay coches, motos ni bicicletas. Para enfrentar las escaleras de piedra volcánica que se encuentran en todas partes, uno depende de sus propios pies y de los simpáticos burros o mulas que se crían en la isla y llevan el peso de las mercancías y el equipaje desde el puerto hasta las casas dispersas en la pendiente.
